Lo sagrado es identificado como categoría filosófica, psicológica, teológica y científica, como lo es el caso de la neuroteología, y aunque se haya convertido en parte fundamental de la estructura teórica de dichas epistemologías, su origen dista de ser producto de discursos racionales y se acerca más a intuiciones irracionales. Desde la perspectiva de Otto, que lo identifica como tremendo y fascinante, y tomando como eje epistemológico la filosofía kantiana, se describe lo sagrado como una experiencia de lo sublime. El lenguaje utilizado al hacer referencia a lo sagrado, dista de ser una construcción, sino que es una emanación que busca, no conceptualizar, sino representar como si se tratara de un ritual, por esta razón se le debe considerar como símbolo, porque busca no señalar un acontecimiento objetivo, sino ligar una experiencia con
una intuición subjetiva.