Paul era un niño inquieto, le costaba concentrarse, tenía ataques de rabia y aprendía a leer con muchas dificultades. Pero, en lugar de diagnosticarlo como un individuo singular con desafíos específicos. Su enorme energía personal, junto a muchas dosis de paciencia, amor, límites firmes, le ha servido para llegar a la universidad con buenos resultados.