El autor propone aplicar una nueva mirada sobre el tiempo educativo dar respuesta a algunos de los retos que plantea nuestro sistema educativo. Se trata de devolver el tiempo a las personas y a los aprendizajes y favorecer, así, un planteamiento cualitativo de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Lejos del laissez faire, se persigue una educación de máxima exigencia pero a ritmo personalizado.