Una caja circula de mano en mano en el aula de Inglés, pero no pueden abrirla hasta que se aventuren a decir lo que imaginan que esconde. Al poco tiempo, brotan montones de palabras. Las pronuncian, las escuchan, las leen y se lanzan a escribirlas a través de juegos, canciones y actividades plásticas que, a diario, potencian la expresión oral y la lectoescritura de forma espontánea.