La Doctrina Social de la Iglesia es ahora la teología moral social de la Iglesia. Su fundamento y fuente se basan en la concepción del hombre como ser abierto a la llamada creadora de un Dios trinitario y no tanto en una concepción metafísica de lo que es Dios, o a una determinada filosofía política. La experiencia de Dios está originalmente en la base de toda interpretación histórica y de todo testimonio caricativo de los cristiano. Heidegger, San Agustín y Santo Tomas pueden ayudar a comprender esta nueva concepción de la Doctrina Social de la Iglesia que supera los problemas de la ontoteología clásica y se sitúa como la respuesta a un llamado y a un encuentro originario.