El presente artículo propone establecer la relación de la historia oral y la memoria política con la etnoeducación. Losargumentos centrales se orientan en concebir, por un lado, la historia oral como una práctica política que ayuda arepensar el lugar del maestro y su saber histórico, y por otro, la memoria política como una alternativa paraconstruir nuevos relatos históricos a partir del saber histórico local.