La visita al patrimonio arqueológico, a veces museizado y a veces sólo excavado, permite trabajar temáticas, procedimientos y actitudes que dentro del aula tienen más limitaciones. Es preciso que el docente defina bien los intereses y características del grupo para elegir entre las clásicas visitas guiadas, las actividades lúdicas, como los juegos de rol, o los talleres experienciales con una sólida base científica.