El nuevo gobierno en cabeza de su Ministerio de Educación reconoce unos "logros" de los gobiernos anteriores, así como la existencia de "brechas de inequidad" en: calidad, acceso y permanencia, desigualdades regionales, analfabetismo, niños en primera infancia sin atención integral, y en cobertura y pertinencia en educación superior. Sin embargo, no plantea cambios fundamentales para la democratización de la educación ni en cobertura, acceso, permanencia o en la calidad de la educación fundada en la democracia integral, la justicia social y la educación como derecho, mucho menos en la derogatoria de los Actos Legislativos que han recortado su presupuesto.