En este texto se analiza el tránsito de instituciones de control social a instituciones disciplinario-pedagógicas. Estas transformaciones diversas supusieron aquellas que constituirían una modalidad educativa que se demarcó como educación especial, erigiéndose en una pieza esencial de los sistemas educativos modernos, en tanto subsistema paralelo a la educación regular, cuyo objetivo primordial fue atender a sectores de la infancia que requerían estrategias y dispositivos pedagógicos peculiares y específicos que se concibieron y deliminaron como infancia anormal. La definición de sus objetivos y metas, así como de las prácticas específicas, se inspiró en un pensamiento social y pedagógico que explicó la importancia de incorporar esos grupos a un proceso de escolarización formal, al mismo tiempo que justificó la marginación y la exclusión de la escuela ordinaria.