¿Es posible una historia del cristianismo que supere la función social establecida a la disciplina por la modernidad? Es la pregunta de historiadores que, desafiados por el Concilio Vaticano II y su adaptación latinoamericana, han querido repensar la historia del cristianismo. La autora, miembro de este grupo de investigadores latinoamericanos liderado por Enrique Dussel, analiza en este artículo las relaciones entre cristianismo e historia y los límites de una historia institucional del cristianismo. Argumenta que la función social de una historia mundial del cristianismo es ayudar a que emerja el sentido crítico de la historia, lo cual exige nuevas categorías analíticas que den razón de las diversas formas de dominación que están en contradicción con el pensamiento ético cristiano, tales como la responsabilidad histórica de haber producido el contra-desarrollo de dos tercios de la humanidad y haber forcluido la discusión sobre la violencia y la injusticia en la historia mundial de la cristiandad occidental.