Las cuestiones de método no son anteriores, contra lo que pudieran pensar Descarte y sus secuaces, al quehacer intelectual, que se ocuparía ya con la resolución de determinados problemas. Supone, incluso temporalmente, una cierta posterioridad: después de haber realizado una tarea intelectual productiva, uno se hace cuestión de cómo se ha producido en ella a modo de justificación crítica, a modo de corrección o a modo de relanzamiento...