Un buen porcentaje de la población salvadoreña no está vinculado a ninguno de los contendientes, por lo que su opinión carece de cauce político. A través de entrevistas con personas que trabajan en organizaciones de servicio (educativo, pastoral u otro), se trata de compulsar lo que tienen estos sectores sobre la guerra y las soluciones propuestas. En general, existe un gran malestar sobre la situación socioeconómica y una casi total desconfianza respecto al gobierno actual. No puede afirmarse que exista una conciencia explícita sobre el proyecto norteamericano, pero sí una preferencia por el diálogo como salida a la guerra y un temor muy grande a la represión. Quienes se atreven a hablar, expresan un escepticismo cuando no una indiferencia total sobre las elecciones y los candidatos. Aunque las opiniones recogidas son apenas un índice de lo que piensan ciertos sectores no organizados de la población salvadoreña, ponen en claro que no se puede justificar en ellos la realización del nuevo proyecto norteamericano.
