Aunque en su obra tardía Walter Benjamin parece emplear la pintura de manera accesoria -ya como contrafigura aurática, ya como víctima propiciatoria de la imagen técnica-, las alusiones al medio que pautan su trayectoria evidencian la importancia que posee en el conjunto de su reflexión estética e incluso en la configuración de su teoría del lenguaje. De especial relevancia para fijar la cuestión es el ensayo inédito de juventud “Sobre la pintura, o: el signo y la mancha”, donde se establecen los rasgos generales de su idea de la pintura, pero también otros escritos del mismo periodo que, aun abordando tangencialmente la materia, la modelan en mayor o menor grado y determinan su alcance general.