Estas reflexiones sobre el ministerio del Obispo de Roma se sitúan cronológicamente al comienzo del quinto año del pontificado de Francisco. Aunque a lo largo del cuatrienio transcurrido el Papa argentino no haya dedicado una consideración explícita y detenida a la relación entre el ejercicio del primado y la colegialidad episcopal, se puede rastrear una línea de fondo que tiene que ver profundamente con su visión programática de una Iglesia en salida misionera: la conversión pastoral del papado en una Iglesia sinodal. Para ello, procederé en dos momentos: en el primero, de naturaleza más narrativa, echando la vista atrás, recordaré sus primeros pasos en el pontificado; en el segundo, de naturaleza más sistemática, trataré de destilar la visión teológica del primado que se desprende al unísono de su actuación y de su doctrina, reflejada ésta última en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium.