Europa está en un proceso de transición. Tras las dos guerras mundiales y el ocaso del socialismo comunista en la Europa central y oriental, la Unión Europea pretende actualmente forjar en el continente los nexos recíprocamente beneficiosos entre las naciones que lo configuran. Se trata de una empresa compleja que, en ocasiones, está caracterizada por el conflicto entre valores y sistemas de valores diferentes. Tal vez, es en el ámbito de la religión donde aparece con más nitidez este problema.