Puesto que voy a escribir sobre la lectura de la Biblia con personas que tienen el VIH y el sida, comienzo con unas palabras de advertencia. Me preocupa que haya gente que, con buena voluntad, pero que no tienen el virus, determinen qué tipo de textos bíblicos son relevantes para quienes sí lo tienen. Las preguntas sobre qué textos bíblicos deben leerse y la forma de leerlos en el contexto provocado por el VIH y el sida deben ser fundamentalmente formuladas en colaboración efectiva con las personas que viven con el virus.