El libro de Job es un himno a la condición inescrutable de Dios. A diferencia de algunas religiones en las cuales la deidad es de suyo incognoscible o casi, en el libro de Job no es que no se pueda saber nada sobre Dios; es más bien que de Dios se sabe –o al menos se puede decir– demasiado para que estemos seguros de que cualquier afirmación que hagamos acerca de él es correcta o errónea. ¿Es una deidad cósmica, tremendamente alejada de las inquietudes humanas, o está íntimamente implicado en la vida y destino de cada ser humano? ¿Es un dios compasivo o un monstruo cruel? ¿Gobierna el mundo según los dictados de la justi cia, o le tienen sin cuidado los asuntos humanos? Todas estas posturas son afirmadas por el libro de Job, o al menos por uno de los personajes que participan en sus diálogos.