Ciertamente Jesús difícilmente oyó nunca la palabra democracia, aunque tal concepto ya estaba en los libros de política de su tiempo, a los que seguramente nunca tuvo acceso. Sí, por cierto, conoció otras palabras que hablaban de las formas de gobierno en las que se movía habitualmente él y su pueblo. Seguramente “reino” era la más frecuente. Y la que él mismo usaba en su proclamación del nuevo tiempo y relaciones mesiánicas, al anunciarlas como “Reino de Dios”.