La actividad de las cuestiones eclesiológicas que se suscitan por lo que percibimos y acogemos del papa francisco nos llevan a la comprensión de la Iglesia, de su misión e identidad, la perspectiva y en la llamada al Reino de Dios. Es Dios quien nos llama y nos apunta nuevo horizonte, al mismo tiempo que nos invita a la construcción de una nueva realidad, cuya salida exige cambios de posturas, una apertura a lo nuevo que se nos ofrece libremente. Esta Iglesia que nace de Cristo y es misterio que nos apunta la salvación, es también pueblo de Dios, y como Pueblo, camina peregrina, en la historia, hacia el Reino definitivo. Es, pues, una misión de todos. El artículo que presentamos se divide en tres partes. Al principio, reflexionamos sobre las urgencias y exigencias actuales, situaciones y condiciones donde se puede oír la llamada a nuestra misión.
