Si realmente se pretende formar ciudadanía con conciencia social y política, se hace necesario fomentar una actitud de cambio en el aula, que es donde confluyen distintos aspectos individuales, sociales, culturales e históricos de los actores que hacen parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, ante la dinámica de que el docente es el único que habla y el estudiante simplemente escucha de forma pasiva. Por lo tanto, profesores y estudiantes están llamados a entablar diálogos que permitan el intercambio de experiencias, conocimientos y saberes para formar sujetos participativos, críticos, transformadores de realidades.