Hablar de mi experiencia pedagógica es hablar es hablar de toda mi vida. Desde estudiante en la Escuela Anexa, en donde percibí a los practicantes como futuros maestros, y luego como estudiante de la Normal Superior de Manizales. Podría citar nombres de practicantes y directores de curso maravillosos, inspiradores, guías que continúan iluminando la profesión. Una sesión de educación física con Don Nabor Montoya era geometría, civismo, higiene, anatomía, en fin, una gimnasia cognitiva-efectiva.