Una sociedad participativa se organiza, hace y decide conjuntamente, y ese hacer solo tiene consecuencias si es capaz de subvertir las relaciones de poder existentes. En este contexto cobra sentido una investigación de las universidades de Girona y Vic, centrada en comprender cómo se vive la democracia en los centros participantes. El principal objetivo es fortalecer nuevas formas de aprender y vivir en comunidad.