El artículo se inicia con el relato de una mujer cuyo marido, José Eduardo López, fue dos veces secuestrado y torturado y finalmente entro a forma parte de la lista de los desaparecidos en Honduras. Se reflexiona, a continuación, en este relato mediante la teoría del trauma, la teodicea y la obra de varios teólogos, para explorar el paisaje interior del sufrimiento y la posibilidad de lo sagrado tal como es conocido en la experiencia humana.