En el siglo XVI se multiplican las situaciones de contacto -comercial, diplomático, militar- entre los europeos (portugueses holandeses y británicos) y las sociedades polacas del mundo malayo (Aceh, Banten, Pattani). En las obras clericales, particularmente en las hagiografías producidas por las ordenes misioneras, este "encuentro" se presenta frecuentemente como un choque frontal entre dos mundos religiosos hostiles por naturaleza.