Las zonas urbanas se diseñan para el ciudadano tipo, esto es, un hombre adulto, de mediana edad y con derecho a votar. Este patrón excluye a muchos colectivos, entre ellos, la infancia. Se olvida de que una ciudad adaptada a los niños es una ciudad adaptada a todos sus habitantes. La propuesta de los autores del artículo es alentar a los niños, niñas y jóvenes a participar en la construcción de este nuevo espacio público, con una mirada crítica y la convicción de que tiene el derecho de expresar su opinión y el derecho de ser escuchados.