Una diferencia sustancial entre ser niño hace treinta o cuarenta años y hoy en día es la desaparición de la autonomía de movimiento. Los niños no pueden salir de casa solos y esto genera un coste muy alto porque les impide jugar libremente, descargar las energías físicas, experimentar el riesgo, lo que crea problemas graves durante la adolescencia. Proponemos a la escuela y la ciudad que se devuelva una suficiente autonomía de movimiento, empezando por la organización de la experiencia “A la Escuela vamos solos”.