La voz, el canto, el ritmo y el movimiento son algunos de los elementos que este profesor de música aplica con un alumnado con síndrome de Down. A través de la música mejoran su capacidad de comunicación, verbal y no verbal, la motricidad y la relación con sus iguales, entre otros aspectos. Es una experiencia muy satisfactoria para integrar a alumnado con necesidades educativas especiales en el aula y mejorar su calidad de vida.