Para muchos colombianos es imposible pensarse como seres ajenos al discurso de la paz e incluso no ubicarse en algún lugar del variopinto y complejo abanico de escenario desde los cuales hemos presentado o padecido todos estos años de guerra víctimas directas, victimas indirectas, victimarios, espectadores, mercaderes de la guerra... En fin, son muchos los roles desde los cuales hemos sido participantes, eso sí, de esta dolorosa realidad.