El autor Argumenta que existen más razones para el bienestar que para el malestar entre los docentes y proponer algunas pautas para mejorar el primero. La principal, generar emociones y sentimientos positivos para incrementar la propia satisfacción como personas y como profesionales. Todo ello redundará en la mejora del clima de clase y un mayor progreso en la marcha del aprendizaje del alumnado.