¿Es la universidad un instrumento para el conocimiento o para el reconocimiento? ¿La educación ha de servir para adaptarnos al sistema social o para analizarlo, y poder transformarlo? Estas y otras muchas cuestiones, a menudo omitidas por los medios, preocupan a quienes se oponen al llamado proceso de Bolonia. Las reflexiones de un grupo de estudiantes encerrados en la Universidad de Barcelona revelan que algo nuevo se está gestando en los campus.