Los intelectuales, según Jürgen Habermas, deben intervenir en los debates públicos; desde esa perspectiva el maestro ha de tomar partido en las deliberaciones que conlleven a la construcción del mejor mundo posible. Participará haciendo uso de unos argumentos afilados, que deben ser expuestos, necesariamente, en unos escenarios de participación propios del Estado social de derecho. El maestro debe asumir el rol de intelectual afrontando los debates que se presentan en el mundo de hoy. Un ejemplo de intelectual a seguir es el filósofo Antanas Mockus.