Manuel no es literatura de exportación; no hay quién traduzca su extraordinaria novela Aire de tango (La poesía salvaje y triste de los arrabales, según Ernesto Volkening) a ninguna lengua de la tierra. Marta Traba de Zalamea (1954) dividió en dos las artes plásticas colombianas, para dedicarse sólo a una de ellas: la exportable. Otro tanto queremos hacer hoy con la literatura en Colombia, aunque sin tanta vehemencia. Este anhelo secreto es el que selecciona nuestra literatura, con injusticia, e impone como criterio único de valoración lo que es apenas una circunstancia.