¿De qué estará hecho nuestro porvenir energético? ¿De centrales nucleares? ¿De centrales solares? ¿De centrales hidroeléctricas? ¿De parques eólicos? Sea como fuere, ya es hora de sustituir las energías fósiles por energías renovables. A problemas de fuste, innovación: el científico David Jones propuso hace ya algunos años una revolución energética inspirada en los mecanismos que intervienen en la generación hidroeléctrica. Pero sin agua, ni vino. Según Jones, nuestro futuro reside en la energía potencial gravitatoria de las montañas.