La Educación Emocional es esencial para que todas las personas que conviven en la escuela se sientan arropadas en todos los ámbitos: del corporalal cognitivo, del efectivo al espiritual. Es un concepto reciente pero en constante evolución y abre nuevas perspectivas en torno a la finalidad última de la educación. A los docentes les tiene que importar algo más que el mero aprendizaje del alumnado, y su mirada debe abrazar tanto el currículo como las emociones.