Mientras que el denominado FOMO define el deseo de información y de vivir todas las experiencias, lo que se conoce como JOMO, por el contrario, implica la necesidad que tenemos las personas de la desconexión. Ambos conceptos afectan a la relación del consumidor con las marcas, por lo que ya han surgido experiencias que los aprovechan e intensifican como reclamo.