Este artículo tiene el objetivo de presentar un elemento que constituye el principio de toda educación, principio de toda educación, principio que la escuela no debe perder nunca de vista para conservar su naturaleza y cumplir con su verdadera finalidad de formar. Este elemento es la escucha de otro. La pedagogía de escuchar al educando y de ser escuchado por él permitirá una posible alternativa a la crisis de la complejidad educativa actual. La escucha del otro permitirá transformaciones en contenidos y formas de proceso educativo para encontrar caminos por los cuales otra escuela y otra educación sean posibles. La escuela tiene que aprender a escuchar para saber y para saber enseñar, para saber a quién enseña y dónde lo hace. Es hora que nuestra escuela no privilegien el aprender de memoria y aprender ha hacer y el aprender a convivir en un mundo de diferencias.