Después de la ctisis social del 2001 en la Argentina, la mayoría de Los Movimientos Sociales asumió la creación de Bachilleratos Populares para jóvenes y adultos como una manera de dar cuenta de las necesidades educativas de sus comunidades y la decisión política de sus Organizaciones. Estas escuelas permitieron que una considerable franja de la población expulsada de las escuelas en los años del neoliberalismo retomaran sus estudios, a la vez de reivindicar la formación de sujetos críticos y comprometidos con la realidad de sus propios territorios. "Tomar la educación en nuestras manos" fue la consigna elegida por los Movimientos Sociales para dar cuenta del protagonismo de un nuevo e informal Movimiento Pedagógico, Democracia Popular.