Se presenta el panorama de la lectura y la escritura, dentro de las improntas legislativas que propenden la cualificación de los aprendizajes de los jóvenes colombianos, en el contexto del pos-conflicto. Un escenario donde será necesario reconocer los niveles de práctica lector-escritora que los docentes realizan en sus ejercicios académicos y de evaluación, si bien no es posible hablar de "enseñanza “de la lectura y la escritura, sin establecer correspondencias entre lo que los profesores saben con los textos y lo que piden hacer sus acompañados para valorar sus logros.