Repensar la ética para los tiempos en que nos encontramos, en medio de la complejidad con que se configuran los elementos de la realidad, es una tarea que requiere de permanente reflexión y de la búsqueda de caminos y pautas para la actuación. Por momentos la desesperanza lleva a muchos a no actuar y a otros a la añoranza de "tiempos pasados que fueron mejores". El ejercicio reflexivo implica descubrir posibilidades en medio de una realidad con características específicas, lo cual significa replantear con nueva mirada los aspectos sociales, económicos, culturales y políticos, con la intención de generar espacios éticos desde los cuales se generen senderos para el pensamiento y la acción.