En sociología empírica, a comienzos de los años 1960 en Francia, no tenía una existencia institucional susceptible de estructurar un proyecto en común, si por esto se entiende la existencia de un verdadero curso de formación, modelos a imitar dejados por las generaciones precedentes y, finalmente, salidas profesionales cuyo criterios de rendimiento y de éxito se apoya precisamente sobre una deontología profesional específica.