No hay que buscar una figura personal mediática, sino una sólida estructura de vigilancia y control capaz de diseñar un modelo sostenible en el tiempo, que se fortalezca, que se reinvente día a día, que logre anticiparse a la corrupción, que sea creativo ante las múltiples formas de defraudación que amenazan a la salud, que llegue a todos los rincones del territorio nacional y que con objetividad, buen juicio y competencia, vigile por igual a todos los integrantes de un sistema de complejo e inestabilidad.