Alberto Magno designa una división tripartita para la filosofía, en la cual la "filosofía real" se enceuntra compuesta por la física, la matemática y la metafísica, dispuestas de este modo secundum ordinem doctrinae. El saber metafísico constituye el saber más excelso y es denominado scientia divina, que se articula con la teología a modo de una gradación de distintos estadios de inteligibilidad, y pone de manifiesto el problema dialéctico fe-razón.