La creación de Amigos Imaginarios (AI), por parte de los niños, es un fenómeno que comenzó a estudiarse a finales del siglo XIX. Las poblaciones de niños que fueron analizadas correspondían a niños huérfanos o abandonados y las explicaciones dadas a la existencia de estos personajes fueron clínicas. Los avances a nivel investigativo han permitido determinar que si bien, hay algunos niños que crean AI como una forma de compensar sus carencias afectivas o sociales, la mayoría de los niños con AI pertenecen a la población normal. Una característica interesante de esta población de niños es la relación que se ha encontrado entre la existencia de AI y ciertas capacidades cognitivas como la comprensión de la teoría de la mente (TM) y las emociones. Este artículo pretende