La crisis subprime dejó al descubierto una serie de riesgos que no eran considerados como prioritarios o no se tenían identificados. En lo que tiene que ver con la regulación, la crisis deja unos retos importantes: centralizar y regular de manera integrada a todas las instituciones financieras, crear mecanismos de control para minimizar el riesgo sistémico y entrar a replantear las exigencias mínimas de capital y garantías. Surge también la necesidad de redefinir las competencias de la junta directiva, los comités de auditoría y riesgos.