Ha sido muy cuestionable para la ética la información proveniente de las llamadas normas "internacionales" de contabilidad, las cuales fueron incompetentes para denunciar con anterioridad los errores que llevaron a la gran crisis financiera mundial, y evitar que muchos otros escándalos graves ocurridos en el mercado de capitales estuviesen fundados en falacias. Coartar al profesional la libertad de expresar su propia opinón, subordinándolo a la falsedad es otro aparte cuestionable desde el punto de vista de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.