Fray Esteban de Adoáin, llego por vez primera al país, durante la administración del General Barrios (Don Gerardo), hacia 1959 o 60, y, estando misionando en Santa Ana, con otros frailes, el Gobierno los hizo expulsar ignominiosamente, acusándolos de alterar el orden público. Fueron sacados del país en horas de la noche y con una fuerte escolta, y de tal suerte fueron los sicarios rigurosos, que no permitieron a los Padres que recogieran ni siquiera el estandarte de la Divina Pastoral.