Por el estudio de los eclipses y ocultaciones lunares antiguas, se ha llegado a la conclusión de que la velocidad de rotación terrestre disminuye paulatinamente, y se ha comprobado con los relojes atómicos que el aumento de la duración del día es del orden de 30 microsegundos al mes. La causa de esta disminución de esta velocidad se puso era la fricción producida por las mareas, pero los profesores Korff y Vezar la achacan a que el espacio interplanetario está lleno de un plasma, cargado positivamente, el cual actúa como freno magnético sobre la rotación terrestre siendo su efecto doble que el que se pueda asignar a la fricción de las mareas sobre el fondo de los océanos.
