"Si definimos la guerra fría como una lucha entre ideologías, (una guerra liberada con instrumentos distintos a los del conflicto militar), es entonces evidente que la guerra fría existe siempre, en términos de lucha por conquistar el espíritu de los hombres (. . .) Debemos continuar mostrándonos fuertes, pero debemos también descubrir la naturaleza del enemigo”. Esta declaración fue hecha, en mayo de 1972, por el Señor Frank Shakespeare, entonces director de la U.S.I.A. (Agencia de Información de los Estados Unidos).1 Fue una de las numerosas respuestas a los ataques de los que fue objeto la U.S.I.A. a lo largo del año 1972; un año malo para esta institución oficial de propaganda.
