Una de las inquietudes del P. Ignacio era el análisis crítico de un tema que, de tanto pregonarse, puede volverse estéril o hasta contraproducente: los derechos humanos. En el texto siguiente (base de una de sus clases, en mayo de 1989, año de su muerte), Ellacuría opina que la teoría y la praxis de los derechos humanos tiene el peligro de erigirse en normatividad absoluta abstracta, independiente de toda circunstancia histórica o, todavía peor, tiene el peligro de defender veladamente lo adquirido o adquirible por los más fuertes. Es indispensable someter el concepto de derechos humanos a una "hostilización" que atienda a lo que define más negativamente la situación determinada de un grupo social, sobre todo cuando se trata de la mayoría de la humanidad. Esta "hostilización" iluminará la teoría y potenciará la praxis de los derechos humanos, tratando de resolver el problema de qué hacer con el bien "común" en una sociedad no sólo escindida sino conflictuada (no por razón de la guerra, sino por la injusticia distribución de los bienes, origen de la guerra). En esta óptica es imperativo darle prioridad teórica y práctica a las mayorías populares y a los pueblos oprimidos a la hora de platear con verdad, con justicia y con justeza el problema de los derechos humanos.
