Entre el 27 de mayo y el 3 de junio de 1995, se realizó una encuesta de opinión pública con una muestra de 1,211 adultos urbanos y rurales de todo el país y representativa del mismo, con un margen de error de más/menos 4 por ciento. El sondeo fue diseñado para conocer algunas de las principales prácticas y creencias religiosas de los salvadoreños, así como de la opinión que tienen sobre el rol que debe tener la Iglesia católica en El Salvador y sobre los retos y las cualidades que debe observar el recientemente elegido arzobispo de San Salvador. Los resultados indican que a pesar del alto número de personas sin religión, los salvadoreños siguen siendo tanto o más religiosos que en 1988; además muestran una importante actitud crítica hacia el rol social de la Iglesia católica y señalan la necesidad de que el nuevo arzobispo denuncie la injusticia social, evangelice y proteja a los más pobres.
